El lugar perfecto
- Elegí un café que te haga sentir cómodo, con buena luz natural y un ambiente tranquilo.
- Si no podés salir, recrealo en casa: una buena taza de café, música suave de fondo (como jazz o lo-fi), y una vela aromática pueden hacer maravillas.
2. Momento de desconexión
- Dejá el celular en modo “No molestar” para evitar interrupciones.
- Llevá una libreta o un dispositivo simple, como un cuaderno, donde puedas volcar ideas.
3. Movimiento previo
- Antes de sentarte, caminá unos 10-15 minutos al aire libre. Ayuda a despejar la mente y activar la circulación.
4. El arte de las pausas
- Dedicate 15-20 minutos para simplemente estar presente. Observá a tu alrededor: los detalles del lugar, las personas, los sonidos. Esto activa la creatividad de forma orgánica.
5. Pequeños disparadores de inspiración
- Llevá un libro, revista o algo visual para ojear. A veces, leer o ver algo nuevo dispara ideas inesperadas.
- Si preferís escribir, comenzá con listas: cosas que te inspiran, metas pequeñas o pensamientos aleatorios.
6. Bebida favorita
- Experimentá con distintos tipos de café o infusiones. Cambiar sabores puede ser un estímulo creativo en sí mismo.
7. Música o silencio
- Probá con playlists instrumentales o sonidos de ambiente (como lluvia o bosque). Si el lugar ya tiene un murmullo agradable, disfrutalo en silencio.

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